La mandíbula sobresaliente , también conocida como descendencia o maloclusión de tercera clase , es un problema común para muchas personas. Se puede clasificar según su gravedad y su impacto en la vida del paciente, tanto a nivel funcional como estético.
Una mandíbula saliente es una mandíbula que se encuentra en una posición adelantada en relación con el hueso de la mandíbula superior y se conoce en la jerga más técnica como mordida inversa o mordida cruzada.
Este problema en particular no es sólo estético, también afecta otros aspectos de la vida de una persona, como la masticación, la respiración, el habla y la postura. Sin embargo, es un problema que se puede identificar fácilmente observando el cierre de las arcadas dentarias y el hecho de que la malformación de la mandíbula hace que el mentón se incline hacia adelante.
En sujetos con mandíbula prominente también son evidentes otros rasgos estéticos relacionados con la maloclusión, como el pliegue nasolabial más pronunciado y el labio inferior más delgado. La mayoría de los pacientes también presentaban envejecimiento prematuro del rostro.
Generalmente, todos los problemas de maloclusión son de naturaleza genética y pueden observarse en los niños.
Puede deberse a una malformación del hueso mandibular -como vimos en el apartado anterior- pero también puede depender de la conformación del maxilar superior. De hecho, un déficit de desarrollo del maxilar superior, clasificado según su gravedad como maloclusión de clase I o clase II, da como resultado una mayor protrusión de la mandíbula. Además, otra causa fundamental de la mordida inversa o cruzada, en los primeros años de vida, es la pérdida prematura de los dientes de leche lo que afectará a la colocación de los dientes permanentes.
En resumen, las principales causas son:
Los remedios para tratar una mandíbula protuberante o una mordida invertida son diferentes dependiendo si el hueso de la mandíbula aún está flexible o está perfectamente formado.
Aparato de ortodoncia funcional
La aparatología de ortodoncia funcional puede ser una alternativa válida a la cirugía para tratar la mandíbula protuberante y la mordida inversa o cruzada. Sin embargo, su aplicación tiene límites relacionados con el estado de formación del hueso mandibular. De hecho, sólo se puede aplicar en niños cuya edad máxima ronda los 11 años y que aún tengan una mandíbula maleable.
Sin embargo, a veces, incluso en niños menores de 11 años, el crecimiento del hueso de la mandíbula es considerable (unos 12 cm al año), lo que puede comprometer la eficacia del tratamiento.
Este tipo de aparato dental puede ser fijo o móvil y consta de un alambre metálico que conecta placas de resina. La duración del tratamiento es variable, pero normalmente inferior a 2 años.
Cirugía ortognática
Esta operación es la única forma de corregir la mordida invertida cuando no es posible poner brackets. La intervención se divide en tres fases básicas: