El bruxismo es un movimiento involuntario y repetitivo que provoca fricción entre los dientes, lo que hace que la persona dormida o despierta aprieta, rechina o cruje los dientes.
Entre el 30 y el 70% de los adultos padecen esta dificultad en algún momento de sus vidas.
Estos movimientos involuntarios con el tiempo pueden convertirse en un gran problema y pueden causar dolores de cabeza, consecuencias graves para los dientes y los músculos y también desgaste de los dientes.
Se desconocen cuáles son las causas que originan esta dificultad, pero muchos expertos coinciden que se debe a problemas de sueño y estrés y estas podrían ser las causas que producen esta dolencia, otras teorías afirman que se debe a una mala postura para dormir, una alimentación deficiente, trastornos respiratorios, una alineación inadecuada de los dientes, entre otras.
Los síntomas que podemos observar sol los siguientes:
Existen diferentes tipos de bruxismo que se pueden observar teniendo en cuenta diferentes factores, como son:
Bruxismo de apretamiento: existe presión entre los dientes, pero el desgaste dental no es tan pronunciado.
Bruxismo de frotamiento: como su nombre lo indica, es el frotamiento o rechinar de los dientes. Este acto con el tiempo provoca desgaste dental.
Bruxismo diurno: se produce cuando la persona está despierta y consciente y generalmente aparece en momentos de estrés.
Bruxismo nocturno: es el que se produce cuando la persona está dormida y no es consciente, generalmente se levanta con dolores de cabeza y dolores musculares, que son síntomas claros que padece bruxismo.
Es importante aclarar que una persona puede padecer más de uno de estos tipos de manera simultánea.
Existen diferentes tratamientos para controlar esta afección. En principio se recomienda mantener la calma y evitar en lo posible situación de estrés, practicar técnicas de relajación y respiración siempre ayuda, pero sabemos que muchas veces esto no alcanza. Por esto, que hay que acudir al especialista para que determine la gravedad del problema y ponga de inmediato los medios necesarios para tratar esta dificultad y evitar daños mayores en la boca o dolores musculares.
Existe un tratamiento eficaz y sencillo que es una férula de descarga o placa de relajación, es el uso de un protector bucal de resina que impide el frotamiento de los dientes y permite que la mandíbula se relaje. Su uso no elimina el hábito de rechinar, pero evita que se produzcan daños más graves.
Generalmente, el protector se utiliza por las noches, cuando el paciente duerme y es inconsciente del problema, pero existen casos más graves que se aconseja que se utilice la férula durante el día.
En varias ocasiones, cuando el paciente consulta ya hay daños provocados en los dientes, como puede ser el desplazamiento de piezas dentales, por lo que será necesario un tratamiento de rehabilitación oral, el cual puede incluir implantes, coronas, restauraciones u ortodoncia.
Otro tipo de tratamiento que se lleva a cabo y con excelentes resultados para reducir el bruxismo es el uso de la toxina botulínica, ya que bloquea la conducción nerviosa y, por lo tanto, reduce la contracción muscular.
Este tratamiento no es definitivo, por lo que deberá repetirse cada cierto tiempo. En general se realiza cada 6 meses, pero esto dependerá de cada paciente y su metabolismo.